BREVE ANTOLOGÍA
DE LA ANTIPOESÍA DE NICANOR PARRAEl nuevo sistema poético que Parra logra armar a partir de los últimos años de la década del 40, el de los antipoemas, y la recepción intensa de que es objeto en las décadas siguientes, confirman la existencia de expectativas de cambio en la poesía chilena, articuladas a la configuración de una nueva fase en el desarrollo histórico y cultural de la vida cotidiana, en Chile y Latinoamérica.
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Parra demoró sin duda en dar con su fórmula antipoética, pero una vez que la descubre y que su recepción en Chile y Latinoamérica se traduce en rápida adhesión y efectos renovadores, los libros que la elaboran se suceden uno tras otro: Versos de salón (1962), Canciones rusas (1967), Obra gruesa (1969), Artefactos (1972), Sermones y prédicas del Cristo de Elqui (1977), Nuevos sermones y prédicas del Cristo de Elqui (1979), Chistes para desorientar a la policía (1983), Coplas de Navidad (1983), Poesía política (1983), Hojas de Parra (1985).
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La antipoesía de Parra, desde la década del 50, ha ocupado el escenario de la literatura chilena como uno de los protagonistas centrales. Su influencia en el desarrollo de la poesía chilena, y también en otros géneros literarios, es determinante. No sería posible reconstruir ese desarrollo en los últimos cuarenta años, sin tener a la vista las premisas y la estimulación poderosa del sistema antipoético. Fuera de Chile, la recepción y la influencia de la antipoesía han sido igualmente vastas. Los recitales del antipoeta se han multiplicado en América y Europa, como asimismo las ediciones de sus libros y antologías. Las traducciones, ya numerosas (inglés, francés, sueco, ruso, checo, finlandés, portugués), continúan.
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Aprovecho la hora del almuerzo
para hacer un examen de conciencia
¿Cuántos brazos me quedan por abrir?
¿Cuántos pétalos negros por cerrar?
¡A lo mejor soy un sobreviviente!
El receptor de radio me recuerda
mis deberes, las clases, los poemas
con una voz que parece venir
desde lo más profundo del sepulcro.
El corazón no sabe que pensar.
Hago como que miro los espejos
un cliente estornuda a su mujer
otro enciende un cigarro
otro lee Las últimas noticias.
¡Qué podemos hacer, árbol sin hojas,
fuera de dar la última mirada
en dirección del paraíso perdido!
Responde sol oscuro
ilumina un instante
aunque después te apagues para siempre.